
Desde bien jovencita me ha encantado Madrid y creo que siempre me encantará. He ido muchísimas veces y siempre es buen momento para volver.
Hay algo que revive en mí, algo innato y que va mucho mas allá de lo que realmente hago en mi día a día…. podríamos decir que sale mi esencia a borbotones, me inspiro y de repente llega la voluntad divina que son las ganas de hacer o de crear… Porque una cosa es que te guste la idea de hacer algo, pero otra muy diferente es hacerlo.
Tu esencia es eso con lo que te brillan los ojos cuando lo haces, eso que hacías de niño. Algo innato que vive en ti, aquello a lo que has venido al mundo. No necesariamente tiene que ser algo grandioso y mundial. Simplemente algo innato que hay en ti y que te hace muy muy feliz.
Escribo en una cafetería porque me inspira el entorno y la música. Necesidad de expresarte de alguna manera. Eso es tú yo interior que sale sin más, la inspiración llega cuando llega. Y yo en Madrid siempre la encuentro. Supongo que añoramos aquello que no tenemos, aunque no soy de esas personas que siempre ve más verde el césped del vecino…
La curiosidad, la historia, los edificios, los fantasmas, sus gentes. No puedo mirar a más sitios empapándome de toda belleza que se presente a mi alrededor. También por aquello diferente, que rompe tu zona de confort. Eso me gusta. Me dejo llevar en Madrid.
Creo que el continuo movimiento crea la diversidad y la diversidad es respeto. Convivir. Unos llegan y otros se van, mil historias diferentes tristes y alegres. En las calles y en las tiendas se descubren fragmentos de la historia, de la guerra, del paso del tiempo. Eso me chifla desde niña.
Y luego esta el arte que hay en la ciudad…. todo es efímero pero el arte…. el arte siempre será eterno.